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jueves, 25 de febrero de 2010

LOS ZAPATISTAS Y EL PLAN DE AYALA.

Emiliano Zapata apoyo en un principio a Madero porque el Plan de San Luis ofrecía la restitución de las tierras a los campesinos, Zapata no estuvo de acuerdo con la desmovilización de las tropas y se negó a entregar las armas. Madero lo convenció, pero una traición hizo que lo atacaran y no confirió más.



Zapata luchaba por las demandas de los pueblos desde antes del 20 de noviembre de 1910, por el despojo q1ue habían sufrido las comunidades campesinas de Morelos. Entonces una comisión redacto el Plan de Ayala, en el cual insistía en las demandas por la tierra.

LAS REBELIONES CONTRA EL GOBIERNO MADERISTA.

Uno de los primeros que se rebelo contra Madero fue pascual Orozco, que había sido uno de sus principales apoyos. La campaña militar contra el llevo a la derrota al propio secretario de Guerra, González Salas. Lo sucedió el general Victoriano Huerta, quien venció a Pascual Orozco en las batallas de Bachimba y Rellano.



Aunque el gobierno de Madero pudo sofocar a las rebeliones, la situación era precaria. Madero recibía constantes ataques constantes de la prensa.

EL ENSAYO DEMOCRÁTICO.

Madero estaba convencido de que el gobierno debía ser democrático, por lo cual respeto la libertad de prensa a pesar de haber sido víctima de burlas y ataques, especialmente en caricaturas.




Fueron elecciones por voto universal y directo y la Cámara tuvo una composición mixta con representantes de distintos partidos políticos; diputados independientes no fueron postulados por partido alguno. En esa legislatura destacaron los debates llamados “cuadrilátero parlamentario” de oposición a Madero contra sus partidarios.


Un problema mayor se le presento a Madero con la presencia de los embajadores de Estados Unidos, Henry y Lane Wilson, quien ejerció presiones diplomáticas, sobre todo cuando Madero decreto un impuesto de tres centavos por barril de petróleo, lo que les pareció excesivo. A partir de ahí, Wilson declaro su enemistad con Madero.

LA INSURRECCIÓN MADERISTA.

En 1908, un periodista estadounidense publico una entrevista que sostuvo con el general Porfirio Díaz en la que anunciaba que ya no se presentaría a buscar una nueva reelección. Para entonces, el periodo presidencial había pasado de cuatro a seis años y se había establecido la vicepresidencia, Francisco I. Madero publicó un libro importante: La sucesión presidencial en 1910, en el que se manifestaba en contra de todo tipo de absolutismo en el ejercicio del poder y llamaba alun respeto al voto. Su lema fue “Sufragio efectivo, no reelección”. Madero organizó partido Antirreeleccionista y desarrolló por todo el país la primera gira electoral en la historia política de México. En ella consiguió millares de adeptos, pero también hostilidades y represiones, don Porfirio no cumplió con la promesa hecha al periodista y sí fue candidato presidencial en 1910. Su oponente fue Madero, quien perdió en unas elecciones que no tuvieron la transparencia deseada. Madero estaba preso en la ciudad de San Luis Potosí y escapó en la ciudad de San Antonio, Texas, dio a conocer el Plan de San Luis, en el cual llamaba a la rebelión para el 20 de noviembre de ese año. El llamado tuvo éxito, en mayo de 1911 Porfirio Díaz presento su renuncia y voluntariamente se exilió en Francia, donde falleció en el año de 1915. Madero viajó de la frontera hasta la capital, que llego triunfante el 6 de junio, día en que ocurrió un terremoto.

DISIDENCIAS, HUELGAS Y REPRESIÓN.

Los periodistas siempre fueron críticos ante las injusticias cometidas por las autoridades, pero más tardaban en publicarlas que en ir a la cárcel.



En lo agrario, los liberales buscaban la restitución de los ejidos y evitar que hubiera tierras ociosas, amenazado con expropiarlas y repartirlas; insistían en las separación clara de la iglesia con el estado, ya que consideraban que el gobierno de Porfirio Díaz le había dado muchas concesiones al clero. Asimismo, exigían la educación obligatoria, libre, laica y gratuita.

LA PERMANENCIA DEL GRUPO EN EL PODER.

El propio presidente elaboraba, con sus más cercanos colaboradores, las listas de quienes debían ocupar las curules de las cámaras de diputados y senadores, cada cuatro años había unas elecciones más formales que reales. El único contendiente de don Porfirio Díaz fue don Nicolás Zúñiga y Miranda, que no era tomado en serio. Al final del primer gobierno de Díaz comenzó a destacar un grupo de profesionales que, a partir de 1884, colaboraron cada vez de manera más estrecha con el presidente; desde 1892 este grupo fue conocido como “los científicos” y era encabezado por José Yves Liman tour. A dicho grupo pertenecían Justo Sierra, Francisco Bulines, Pablo y Miguel Macedo, Rosendo Pineda y otros. Se les llamaba “científicos” porque en un manifiesto habían expresado que el país debía gobernarse con los preceptos de la ciencia, pero los círculos del poder eran demasiado estrechos y no propiciaban su renovación.



ÉXITO ECONÓMICO Y COSTOS SOCIALES Y POLÍTICOS.

Lo que caracterizo al Porfiriato fue el desarrollo económico alcanzado por el país.



Las inversiones extranjeras aumentaron y muchos negocios florecieron. Todo esto beneficio a las clases superiores, integradas por hacendados, industriales y banqueros.


La Ley de Terrenos Baldíos, promulgada en 1883, fue creada con el propósito de las tierras que no estuvieran produciendo fueran vendidas a inmigrantes o a nacionales para que fueran cultivadas, esto afecto a muchos campesinos al despojarlos de sus tierras.


ANTESALA DE LA REVOLUCIÓN.

LAS CONTRADICCIONES DEL PORFIRIATO.




La historia de México registra con el nombre de Porfiriato al régimen que encabezó el general Porfirio Díaz de 1876 a 1911, no fue el único presidente activo durante casi 35 años, se levanto contra Benito Juárez en 1872 con el Plan de Noria, pero fracasó en su intento, después lo hizo contra Sebastián Lerdo de Tejada en 1876 con el Plan de Sultepec, pero en esa ocasión si logro los fines que proponía. Porfirio Díaz fue reelegido más de 7 veces lo que convirtió a su gobierno en una dictadura o al menos en una autocracia, coloco una red de “jefes políticos” que se dedicaban a controlar a los presidentes municipales.

ARQUITECTURA, MÚSICA, TEATRO Y CINE.

En la arquitectura del siglo XIX fue testigo del cambio del estilo barroco al neoclásico. El Palacio de Minería, construido por Manuel Tolsa, que es uno de los estilos más notables del neoclásico que predominaba ya en los últimos tiempos de la colonia.














El único arquitecto destacado durante el periodo que abarca desde Santa Anna a Maximiliano es Lorenzo de la Hidalgo de origen español; construyo el Teatro Nacional. El Palacio de Bellas Artes (1904) es una muestra de arquitectura decimonónica.





La música tuvo oportunidad de desarrollarse en México por motivos distintos. Uno de ellos era que se utilizaba para animar con ella las celebraciones civiles, religiosas y bailes.





El teatro fue un espacio para celebrar con representaciones los triunfos de la libertad que creían vivir los mexicanos. El teatro gozo del interés de distintos tipos de público a lo largo del siglo, aunque después apareció una nueva forma de atracción: el cine.




En 1895, los hermanos lumiere inventaron el proyector de cine y ofrecieron la primera exhibición en México en noviembre de ese año.


COSTUMBRISMO Y PAISAJISMO SE IMPUSIERON.

Un género característico del arte del siglo XIX se conoce como costumbrismo porque el motivo principal, ya sea de una obra pictórica o de una novela, es la descripción de las costumbres de la sociedad. El espíritu romántico le da mayor intensidad al propósito que ánima al costumbrismo, el otro tema presente en el arte fue el paisaje. Las enseñanzas de Eugenio Landesa fructificaron en alumnos como Luis Coto, Salvador Murillo y, sobre todo, en José María Velasco, en cuyas obras abundan los paisajes desde distintas perspectivas, pues de igual manera que mostró horizontes amplios del valle de México, también analizó fragmentos del paisaje con la mirada científica propia de su tiempo.














Las figuras más notables dentro de la pintura serian Julio Rúelas, Saturnino Herrán, Joaquín Caucel y Gerardo Murillo.

EN LA PINTURA, EXTRANJEROS Y MEXICANOS DEJARON HUELLA.

- En el siglo XIX la pintura tuvo un claro tinte romántico expresado de distintas maneras.


- Algunas veces tomó formas clásicas, como en las obras de Ingres, estilos más libres como las de Goya.


- La litografía fue traída a México por Claudio Linati pudo dar a conocer observaciones hechas durante sus viajes.















- El arribo a México del maestro italiano Eugenio Landesio vino a dar fuerza a una nueva escuela de pintura.


- A mediados del siglo XVIII se reestableci la vida de la Academia, el maestro Pelegrín Clavé, fue nombrado directo de pintura.



CLÁSICOS, ROMÁNTICOS Y MODERNOS EXPRESARON EL SIGLO XIX.

Tres estilos de expresión artística igualmente ricos estuvieron presentes en el siglo XIX y en algunos momentos coexistieron. El primero de ellos se le conoce como neoclásico pues recuperaba los modelos clásicos.













El romanticismo externaba la afición por el color local y la expresión de los sentimientos.




El modernismo llego un poco más tarde, y se caracterizo por u7na idea de apertura y libertad muy distinta de la del frio neoclásico y del arrebatado romanticismo; fue un movimiento que apostaba al cambio estático y que, como todo lo moderno, se oponía a la tradición.


miércoles, 24 de febrero de 2010

CON LA LITERATURA, LA HISTORIA Y EL ARTE TAMBIÉN SE FORMO LA NACIÓN.

En la literatura de siglo XIX se percibe fácilmente el propósito de los autores más notables por expresar lo nacional.
Para difundir las novelas de esa época utilizaban publicaciones por entregas, en folletos que aparecían en la parte inferior de los periódicos y podían coleccionarse hasta completarlas.


Las preocupaciones políticas marcan la historia producida en la primera mitad del siglo, en la que los historiadores mas celebres fueron participantes o testigos de la Guerra de Independencia: Servando Teresa de Mier, Carlos María de Bustamante, Lorenzo de Zavala y Lucas Alamán.


En sus obras memorables dan cuenta de lo sucedido porque están seguros de que los acontecimientos son dignos de conocerse y recordarse.


El arte en general se convierte en un magnifico muestrario de las formas de vida en el mundo cambiante del siglo XIX. El arte expone las inquietudes de muchos mexicanos por afianzar la nueva nación.


ASOCIACIONES E INSTITUCIONES PARA ORIENTAR LA CULTURA.

Las asociaciones culturales mexicanas del siglo XIX fueron heredados de las que se habían formado desde el siglo XVIII en el mundo occidental siguiendo las pautas de la ilustración.



En el México nacional, algunos grupos de hombres educados se dieron la tarea de abrir nuevos espacios para fomentar y difundir las ciencias y las artes.


Conforme avanzaba el siglo, la urgencia de dar rostro a la nueva nación hizo que se promovieran actividades literarias, científicas y tecnológicas.


Instituciones antiguas como el Museo Nacional se renovaron bajo las nuevas propuestas, y otras, como la Biblioteca Nacional, fueron creadas.

CULTURA.

PERIÓDICOS Y FOLLETOS PARA HACER POLÍTICA.



La imprenta fue el mejor medio para difundir las ideas políticas desde los tiempos en que se desarrollaba la Guerra de Independencia. La publicación de folletos se debe a la influencia de los pensamientos liberal y conservador en las disputas en torno a la forma de gobierno que debía adoptar el país.


Los primeros periódicos de esos tiempos fueron El Águila Mexicana y El Sol en los que participaron Lorenzo de Zavala y Lucas Alamán con el propósito de convencer a los lectores de sus ideas para defender el federalismo.

La intención de los periódicos era moldear la conciencia de los mexicanos para conseguir el sueño de fundar una nación tal como cada grupo la concebía.


Hojas volantes y publicaciones ocasionales de pocas páginas servían para dirigir la opinión de unos lectores que pasaban de mano en mano los impresos o los leían en voz alta.

NUEVAS EXPRESIONES DE DESIGUALDAD SOCIAL. LEVAS Y BANDOLERISMO.

Algunas leyes provocaban desigualdad. Entre las disposiciones existió una que eliminaba la condición del ciudadano, es decir, negaba la posibilidad de votar a aquel que fuera sirviente.


Las investigaciones demuestran que la delincuencia no se explica por la pobreza, pues en el siglo XIX abundan los ejemplos de miembros de las clases acomodadas vinculados con el bandolerismo.
Los bandidos obtenían ganancias por medio de asaltos, raptos, y solo en la medida en que se fueron endureciendo los castigos, pudo erradicarse su actividad.
Para controlar los desordenes, el gobierno echaba mano de gendarmes y de rurales (nombre que recibía la policía montada).

SIRVIENTES Y PEONES; ARTESANOS Y OBREROS.

Las elites estaban conformadas por políticos, militares e intelectuales, en el grupo medio los artesanos, comerciantes y propietarios de talleres, y en lo inferior, albañiles, porteros, conductores de carros de basura, limpiadores de calles, entre otros.




En el campo la sociedad también estaba dividida en estratos. Hasta arriba se encontraban grandes comerciantes, rancheros, arrendatarios de haciendas y administradores; más abajo tenderos, después artesanos y trabajadores de minas y arrieros; y en la parte inferior, los indígenas.



Todo esto nos permite imaginar que las diferentes clases sociales eran demasiadas y muy notorias.





DIVERSIONES Y ENTRETENIMIENTOS PARA POCOS Y PARA MUCHOS.

En los nuevos gobiernos no faltaban las celebraciones de carácter cívico que incluían desfiles, festejos… Por otro lado, había una larga lista de celebraciones religiosas que abarcaban los oficios de rigor como la Semana Santa, Día de Muertos y Nochebuena… Las fiestas de la Virgen de Guadalupe y de la Virgen de San Juan de los Lagos convocaban a muchos fieles. Además se festejaban bautizos, matrimonios e incluso defunciones.



Después de 1830, los restaurantes y los cafés se sumaron a las tertulias junto con los juegos de cartas, los toros, el circo y las peleas de gallos, que eran excelentes motivos de reunión.



Las actividades teatrales se le encargaron al Ayuntamiento de la Ciudad de México.




VIVIR EN EL CAMPO O EN LA CIUDAD: ¡QUE DIFERENCIA!

La mayoría de la población era rural.


La falta de oportunidad para recibir instrucción (educación) es solo una muestra del abandono en que vivió una inmensa cantidad de población mexicana. Casi el 80% de los habitantes se dedicaba a la agricultura, por eso puede comprenderse que sus condiciones de vida eran poco estables.


Las ciudades se distinguieron por concentrar los afanes de modernizar presentes desde el siglo XVIII pero que se veían con mayores posibilidades, una vez terminada la Guerra de Independencia. Aun así, solo en algunas zonas se podían apreciar los esfuerzos por lograrlo.

 
 
 
 
 
 
 
 
 

LA POBLACIÓN CRECIÓ Y FUE DISPAREJA SU DISTRIBUCIÓN EN EL TERRITORIO.

El crecimiento de la población fue lento pero alcanzo la cifra de siete millones al legar a la mitad del siglo. Se concentraba sobre todo en la zona central, y en algunas regiones donde la agricultura y las manufacturas eran prosperas.


El desplazamiento de la población se dio sobre todo hacia las ciudades, algunos iban en busca de seguridad, otros en busca de trabajo. La que más creció fue la ciudad de México.

UN BUEN DESEO: EDUCACIÓN PARA TODOS.

Uno de los ámbitos en el que fue más notorio el cambio social fue el de la educación.


Una de las pruebas del interés que se tenía por destacar este valor fue que solo podrían ejercer su voto los ciudadanos mayores de 18 años que supieran leer y escribir.


Los particulares iniciaron la fundación de escuelas para enseñar a niños y niñas a leer, escribir y contar.

La escuela lancasteriana fundada en 1822, fue especialmente efectiva porque permitía atender a más alumnos en menos tiempo. Era un sistema en el que los niños más avanzados ayudaban a los demás. La educación que hoy llamamos secundaria proporcionaba bases para seguir una educación universitaria, siguiendo el modelo francés.


En 1867, siendo Juárez el presidente, promulgo una ley para que la educación elemental fuera gratuita y obligatoria, y decreto la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria con base en los planes de estudio.